lunes, 18 de mayo de 2009

¿Atún rojo y Bosques?


Desde hace unos años hemos podido observar en los medios de comunicación distintas noticias sobre la pesca del atún rojo del Mediterráneo (Thunnus thynnus), y la posibilidad de un colapso de esta especie en el Mediterráneo si no se regula su pesca de manera que sus poblaciones puedan reproducirse y garantizar su supervivencia; hoy en día se estima que esos avisos se han convertido en realidad y el atún rojo del Mediterráneo desaparecerá en tres años, cuando los últimos ejemplares reproductores sean capturados.

La gran demanda en los mercados induce a la pesca pirata, el uso de sistemas ilegales para seguir a los atunes, las capturas no declaradas, la pesca durante la época de veda, a lo que hay que sumar la sobrecapacidad de las flotas; este cúmulo de factores han llevado rápidamente a esta especie al borde de la extinción.

Este es sólo un ejemplo de explotación incontrolada de recursos naturales, y de cómo la falta de gestión en el aprovechamiento puede tener consecuencias irreversibles, en este caso, la extinción de una especie con un importante papel como depredador de otros peces más pequeños, en los ecosistemas del mar Mediterráneo.

Con este post, queremos poner de manifiesto la imperiosa necesidad de gestionar adecuadamente los recursos naturales, para poder disfrutar de ellos sin comprometer su existencia; una planificación adecuada, como en el caso de los bosques certificados (Gestión Forestal Sostenible: GFS), garantiza el aprovechamiento sostenible de los recursos forestales, la renovación e incluso aumento de la superficie forestal.

La gran demanda de madera de nuestra sociedad actual, tanto para uso directo (construcción, muebles, aislantes...) como trasformada (celulosas, papel, cartón, etc...) se traduce en miles de productos cotidianos que proceden de la madera. Por eso es imprescindible que la madera provenga de bosques certificados (con sistemas PEFC y FSC implantados en España) a fin de garantizar la correcta gestión de los mismos, y asegurar que durante todo el proceso se garantiza una serie de requerimientos ambientales, sociales y económicos.

Fotografía: Ángel Hernández Gómez (Fuente isftic)

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