Si os dedicáis a la pesca deportiva seguramente conozcáis las "moscas", esos cebos artificiales con pelillos que resultan irresistibles a los peces. Pues bien, esos cebos están inspirados en los tricópteros, un orden de insectos que agrupa a unas 9.000 especies, y que se caracterizan por la pilosidad que presentan las alas de los adultos.
Los tricópteros adultos sirven de alimento a una gran variedad de depredadores acuáticos, de ahí el éxito de la utilización de cebos artificiales reproduciendo su morfología. Sin embargo su fase larvaria es acuática, y posee una cabeza bien diferenciada y dos uñas en la parte posterior. En este estadio construyen estuches uniendo con seda los granos de arena del fondo que les sirven de protección durante su metamorfosis (en la imagen, varios estuches larvarios adheridos a una piedra).
Los tricópteros adultos sirven de alimento a una gran variedad de depredadores acuáticos, de ahí el éxito de la utilización de cebos artificiales reproduciendo su morfología. Sin embargo su fase larvaria es acuática, y posee una cabeza bien diferenciada y dos uñas en la parte posterior. En este estadio construyen estuches uniendo con seda los granos de arena del fondo que les sirven de protección durante su metamorfosis (en la imagen, varios estuches larvarios adheridos a una piedra).
Las larvas forman parte fundamental de la dieta de especies tan singulares como el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus), el mirlo acuático (Cinclus cinclus), o la trucha de río (Salmo trutta). Al tratarse de insectos que necesitan aguas muy limpias, encontrar estos característicos estuches es indicio de la gran calidad de las aguas, es decir, los tricopteros son bioindicadores de la calidad del agua.
Muy interesante, de lo que se entera uno... seguimos leyendo. Saludos.
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